¿Sabías que algunas caricaturas pueden afectar el desarrollo de los niños?

La psicóloga Alejandra Zertuche explica que lo ideal es que los niños menores de 3 años no vean ningún tipo de pantalla. En esa etapa, el cerebro se está formando y necesita aprender del mundo real: tocar, explorar, escuchar, hablar y jugar. Cuando los niños pasan mucho tiempo frente a una pantalla, dejan de vivir esas experiencias necesarias.
Programas como Peppa Pig, aunque parecen inocentes, pueden enseñar malos comportamientos. “La cerdita le grita a su papá, hace berrinches y es grosera”, comenta Zertuche. Al ver ese tipo de actitudes, los niños pueden imitarlas sin entender que están mal, porque aprenden copiando lo que ven.
Aunque hay caricaturas que parecen más suaves, como Pocoyó o Caillou, Zertuche recomienda que los padres presten atención y elijan con cuidado. Si el programa tiene gritos, peleas, mordidas o groserías, no es buena opción.
En lugar de eso, lo mejor es buscar contenidos que enseñen valores como el amor, la amistad y el respeto. También son recomendables los programas interactivos que invitan a imaginar, crear y jugar.
Algunas opciones positivas son:
Bluey
Pistas de Blue
Ms Rachel
Daniel el Tigre
Little Pony
La casa de muñecas de Gabby
Charlie Villacolores
Camaleón y las ciencias naturales
La especialista insiste en que estos programas deben verse por poco tiempo, de preferencia no más de una hora al día, y siempre acompañados por un adulto.
“No se trata de prohibir todo, sino de elegir mejor. Lo importante es que los niños aprendan, se diviertan y desarrollen su imaginación sin depender tanto de las pantallas”, concluye Zertuche.