El Puente Negro

Sobre el lecho acanalado del río Chuvíscar se alza un coloso de hierro que ha resistido el paso del tiempo con elegancia y firmeza. El Puente Negro, uno de los íconos más queridos de la ciudad de Chihuahua, cumple 143 años de historia, conectando no solo orillas, sino también generaciones.

Desde su fundación, la ciudad de Chihuahua ha jugado un importante papel como paso comercial que conecta al centro de México con los Estados Unidos. Y esto se acentuó con la llegada del ferrocarril.

Sin embargo, uno de los ríos alrededor de los cuales se fundó la ciudad la atraviesa de poniente a oriente, el río Chuvíscar. Lo que representaba un reto de conectividad para la nueva infraestructura ferroviaria, por lo que fue necesaria la construcción

El puente fue construido inicialmente en 1882, en aquel entonces se levantó una estructura de madera y piedra que funcionó hasta 1907, cuando la empresa estadounidense American Bridge Company of New York fue la encargada de reemplazar al viejo puente por una elegante estructura de acero que perdura hasta nuestros días.

En plena era del Porfiriato, el Puente Negro representaba el empuje industrial y el deseo de modernización que marcó aquella época.

A pesar de la llegada de la turbulenta Revolución Mexicana, durante la cual de hecho se destruyeron cientos de puentes e infraestructuras ferroviarias, el puente sobrevivió, y sigue en pie hasta nuestros días sin señales de desgaste.

Originalmente fue pintado de color negro, sin embargo con el paso del tiempo, los diferentes gobiernos lo han pintado de diferentes colores. Actualmente tiene una coloración rojiza que lo hace destacar sobre el paisaje.

Fue una obra visionaria para su tiempo, y con el tiempo se ha convertido en un ícono de la ciudad de Chihuahua, por su estructura fuerte y elegante que atraviesa el profundo lecho acanalado del río Chuvíscar.

Por ello ha llamado la atención personas como el especialista en parkour Zailex que lo volvió escenario para uno de sus espectaculares saltos.